Año: 2015
Sello: P.O.G.O Records
País de origen: Francia
La imagen de portada, con su estética surrealista, nos permite imaginar un escenario psicodélico, de sonidos etéreos y formas compositivas oníricas. Al menos a mí me vienen esas palabras a la mente mientras veo la tapa del disco. Todo cobra forma y se confirma fehacientemente cuando el disco comienza a sonar. "Methrock" no es sólo el tema que abre la placa, es una declaración de principios. El delay le da a la guitarra los colores necesarios como para teñir la atmósfera de varios colores, todo fundiéndose entre sí y dando vida a una mezcla de colores irreales, surrealistas. Como si el Pink Floyd de canciones como "Set The Controls for the Heart of the Sun" decidiera unirse al Tool más intimista, pero con ciertos aires de Heavy Psych que aportan rudeza para abrir el espectro ("The Void"). El bajo es tan sutil como pesado, una combinación que pareciera ser el fruto de la cruza entre una mariposa y un paquidermo, pues la manera de tocar de Bertrand tiene la cualidad de provocar que el oyente se sienta acariciado de a ratos, aplastado de a otros. Lo mismo puedo decir de Vincent, un baterista dúctil que se acomoda al estilo del grupo como si hubiera nacido para ser el baterista de Wallack (Vincent canta también). Justamente voy a referirme a las voces, intimistas y claras en todo momento, a cargo de Vincent y Cyprien (guitarra). Si bien ninguno de los 2 demuestra poseer un registro vocal amplio y encantador, hacen lo suyo con simpleza y eficacia, sin perder el rumbo emprendido por la banda desde un principio. Tal vez sea el punto menos destacable, pero cabe decir que no desentona en lo más mínimo con lo que es el álbum en sí: tan relajado como intenso, tan sencillo como complejo, tan galáctico como terrenal.
Producido por Yann Pillas, este trabajo de Wallack encuentra su mejor forma cuando el trío opta por alejarse del Planeta Tierra y decide navegar en la vía láctea, dando rienda suelta a la imaginación del grupo, usando moldes menos rígidos que aquellos moldes propios del Rock; en otras palabras, mientras más psicodélicos, mejor suenan. Los 47 minutos que dura el disco alcanza, de esta manera, una ágil movilidad gracias a esos viajes sónicos que empujan al grupo fuera del marco de la realidad mundana.
Desde 2011 están juntos, desde 2011 vienen tocando bajo el nombre de Wallack. Desconozco si previo a este CD, la banda hizo otras cosas; y si existen, pues aun no escuché nada. Sólo conozco este disco, con el cual puedo hacerme de una idea bastante precisa acerca de la identidad del grupo. Una identidad que se a forjado, y seguramente se seguirá forjando, tomando cosas de distintos universos, sonoros y cósmicos. Bien por ellos.
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P.O.G.O RECORDS
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